Las Vitaminas en los productos alimentarios

Hoy en día la preocupación sobre la alimentación es un constante, el medio ambiente se está deteriorando y muchos alimentos se modifican genéticamente para incrementar su producción, es debido a estos factores que nace la duda sobre las vitaminas reales que puedan contener los alimentos que compramos en el supermercado.

El consumo en productos biológicos se ha incrementado en el último año en un 24%. No podemos dar por sentada la afirmación de la ausencia de vitaminas en todos los productos, las verduras frescas y las frutas contienen la mayoría de las vitaminas, a menos que se hayan cultivado usando tecnologías modernas con diversos aditivos OMG o aceleradores de crecimiento, casi todos los productos tienen suficientes vitaminas, pero no todos los productos que comemos contienen la cantidad necesaria y en ocasiones son los propios consumidores los que destruyen un porcentaje elevado de estás vitaminas, debido a las condiciones en que conservan los alimentos.

¿cómo conservar las vitaminas en los alimentos?

• 1. No compre frutas y verduras en grandes cantidades para evitar almacenarlos durante mucho tiempo, especialmente en la temporada de verano. Es mejor comprar la fruta y verdura que se va a consumir en un par de días. Es importante saber que las frutas y verduras con más de 3 días si se almacenan a temperatura ambiente se pierde el 50% de su contenido en vitamina C. En la nevera, hay una pérdida de hasta un 30%. Dependiendo de la preparación de los alimentos se pueden aprovechar mejor los nutrientes y en algunos casos hasta bajar de peso quemando algo de grasa.

• 2. Muchas vitaminas se destruyen cuando se exponen los productos a los rayos de sol, es mejor mantener los productos en un lugar oscuro. Las vitaminas se destruyen rápidamente bajo la luz solar directa. Los vegetales verdes y hierbas son más sensibles a la luz.

• 3. Hay vitaminas que se destruyen por el oxígeno. Por lo tanto, los alimentos deben almacenarse en recipientes o envases cerrados. El aceite vegetal es mejor conservarlo en una botella cerrada herméticamente, la mantequilla en papel de cera o papel de aluminio.

• 4. El asesino en serie de las vitaminas. Freír los alimentos. Al freír los alimentos se matan las vitaminas mucho más incluso que con cualquier otro tratamiento térmico, ya sea cocinar u hornear. La mayoría de todas las vitaminas se retienen cuando se cocinan los alimentos, hirviéndolos o cocinándolos al vapor o asados.

• 5. Trate de comprar frutas y verduras de temporada, comprar naranjas, mandarinas, manzanas etc. y verduras de temporada autóctonas y también verduras y frutas de temporada de otros países (caqui, granado , cítricos). Pero es importante confiar en el vendedor en cuanto a cómo estos productos se almacenan antes de que lleguen al mostrador.

Pero incluso cuando se cocina es necesario seguir ciertas reglas:

• Cocine los alimentos en una olla de acero inoxidable, esmaltada o de vidrio.

• No hay necesidad de cocinar los alimentos durante mucho tiempo, ya que cuanto más se cocinan, más vitaminas se están eliminando. Así que la hora de cocinar platos elaborados de varios ingredientes, coloque los productos uno por uno, contando el tiempo de su preparación a partir del final de la cocción.

• La vitamina C es una vitamina soluble, por lo tanto, cuando se cocinan verduras y frutas el agua debe estar hirviendo en lugar de fría, ya que de esta forma se retendrá una parte sustancial de la vitamina C;

• Usted necesita asegurarse de que los productos no están expuestos al aire durante la cocción, asi las vitaminas contenidas en ellos no se deterioran, es necesario garantizar que todos los productos están cubiertos por el agua y la cazuela herméticamente cerrada con una tapa, y durante el periodo de cocción no debe abrirse.

• Se debe cocinar a fuego lento

• Intentar remover lo menos posible.

Principales recomendaciones sobre cómo conservar las vitaminas en los productos . Recuerde que la mayoría de las vitaminas se destruyen por la duración del tratamiento térmico, sobre todo por el almacenamiento prolongado y por último por el contacto excesivo a la luz y el aire.