Sabemos que muchas veces no resulta sencillo saber qué método de conservación resulta adecuado para nuestro marisco favorito. Así que hemos querido hacer un pequeño resumen de nuestros consejos y así tenerlos siempre a mano.
En general, el marisco es un producto que debe consumirse como muy tarde dos días después de haberlo comprado, aunque existen algunas excepciones que iremos explicando a continuación:
Buey de mar, bogavante, centolla, nécora y santiaguiños
Los crustáceos como el buey de mar, el bogavante, el centolla, la nécora y los santiaguiños, si se adquieren vivos podrán mantenerse frescos (e incluso vivos) bastante bien en el frigorífico durante unos dos días. Mantenerlos cubiertos con un paño húmedo, ayudará a que no se resequen.
Sin embargo, si se compra ya cocido, recomendamos conservarlo dos días como máximo antes de consumirlo para poder disfrutar de su sabor y textura óptimos.
Mucha gente nos pregunta si se pueden congelar, y la respuesta es sí, habitualmente ya cocidos.
Percebe
El percebe es uno de los mariscos que más tiempo puede aguantar vivo en el frigorífico, hasta 4-5 días. Si se tapa con un paño húmedo, ayudará a que se mantenga vivo más tiempo.
Como el percebe debe consumirse caliente, no recomendamos conservarlo en el frigorífico cocido, perdería todo su encanto. Y mucho menos congelarlo, aunque eso no significa que no se pueda hacer, pero perdería gran parte de sus propiedades.
Cigalas
Las cigalas, por el contrario, son unos de los mariscos más delicados. Al pasar unos dos días después de ser capturados, comienzan a ennegrecerse por la parte de la cabeza, iniciándose el proceso de melanosis.
Durante mucho tiempo, para evitar los primeros síntomas de la melanosis y evitar así que el consumidor rechazase el producto por su apariencia ennegrecida, trataban a las cigalas con el conservante E 248 (ácido bórico). Pero debido a su toxicidad, desde 1982 el uso de éste ácido como conservante, se considera una práctica ilegal.
Nosotros preferimos que las cigalas se traten lo menos posible, esto aumenta las probabilidades de que al llegar a tu casa comiencen a oscurecerse. Para relentizar el proceso recomendamos conservarlas en frío, y mucho mejor si es en un recipiente con agua y mucho hielo. Otra opción es cocerlas cuanto antes y conservarlas así en el frigorífico.
Para conservarlas en el congelador, podemos hacerlo tanto vivas como cocidas.
Camarones
Los camarones, podríamos decir que son los más delicados de todos y, por esta razón, aconsejamos enviarlos ya cocidos y listos para su consumo. Una vez cocidos, pueden conservarse un par de días más en el frigorífico. Además, si no se van a consumir en esos días, se pueden congelar sin ningún problema.
Navajas, almejas y ostras
Todos los bivalvos, como las navajas, las almejas y las ostras, deben conservarse en la misma malla bien apretados para evitar que se abran. Aconsejamos que, antes de consumirlos, revisar todas las piezas y retirar aquellos que estén abiertos y no se cierren al ejercer presión en las conchas. De este modo, evitaremos que nos jueguen una mala pasada. Una vez que estén cocinadas, deberemos volver a revisarlas y retirar aquellas que no se hayan abierto.