No es incompatible cocinar y estar atento a los pasos de una receta, con el hecho de escuchar música. De hecho, la música ejerce una influencia positiva de ambientación para motivarte a ti mismo, creando un ambiente de diversión. Es decir, puedes convertir el reto de aprender a cocinar en una fiesta muy agradable.
Escuchar música mientras cocinas
La música puede hacer que el tiempo de preparar una comida o una cena para sorprender como anfitrión a otros asistentes, sea mucho más gratificante. Detrás de las grandes celebraciones existe mucho trabajo previo. Y la música es una forma de aligerar este trabajo que realizas antes.
Si no te gusta cocinar, es muy posible que vivas algunos de esos momentos con cierto sentido del humor negativo, es decir, con enfado y frustración. Sin embargo, la buena música es la mejor forma de prevenir el estrés.
Durante el trabajo en la cocina también pueden surgir ruidos propios del trabajo en casa, por ejemplo, el microondas en movimiento. La música también puede robar protagonismo a otro tipo de sonidos que son más estresantes al cocinar.
La música incluso es un medio para optimizar la gestión del tiempo puesto que cada canción está asociada a una fracción de tiempo. Escuchar música clásica es una buena ambientación para preparar recetas saludables. Si cocinas en solitario, la música te aportará una agradable sensación de compañía. Por el contrario, si organizas una celebración en grupo, es un buen motor para fomentar el espíritu de equipo.
La música te sumerge en un universo de emociones agradables, ilusión y felicidad durante tus momentos en la cocina. Y si tú te sientes bien contigo mismo, este bienestar también se nota en los platos y sabores.
